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Agosto, Domingo en la mañana.

Vuelvo a sentir lo de siempre, lo que sentía antes, estoy en un mar, rodeada de ideas, de expresiones, gestos, miradas, pensamientos, recuerdos, llantos, risas y demás. Vuelvo a aquellos días donde sentía dolor y a la vez alegría, donde estaba confundida, donde sentía la necesidad de escribir y a la vez desahogarme. Donde trataba de encontrar el lugar de paz y de tranquilidad, cuando buscaba quien me consolara, quien me comprendiera, quien me ayudaba y me estiraba su mano.

Vuelvo a dejar el rastro de lagrimas en mi almohada, vuelvo a pensar e imaginar situaciones, siento dolor, tristeza, alegría, todo esto en un cielo de confusión. Me vuelven a ignorar a preguntarme, pero en realidad lo que no se enteran es que ellas son las que me hacen daño, me ignoran, me hacen llorar. Las que me hacen alejar de ellas mismas, las que hacen que me valla con otras personas, las que hacen que piensen un millón de veces, las que hacen que me trasnoche.

Solo me dicen'' tranquila no es nada, ya pasará''. Es fácil opinar cuando tu no eres quien está pasando pro la situación. Dicen por ahí: ''si no puedes contra ellos únete'' como me voy a unir cuando son ellas por las que paso el dolor.

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