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Nunca me he enamorado.

No me llegan al corazón escritos de amor y tampoco me salen, tal vez porque nunca me he enamorado o almenos nunca he sentido como se siente en verdad. Tal vez por eso es que no me importa el amor y tampoco reo en el, nunca he sentido mariposas en el estómago cuando lo veo, porque no hay un ''él'' al que ver. Aveces tampoco me salen escritos felices y pues mi pensar es que yo si soy feliz, pero aún así no sale. Es tan confuso, entonces será que tampoco conozco esa tal felicidad.
Tampoco sé llamar a la gente con cosas como cariño, amor, princesa, etc. No me salen de la boca. Y perdón si crees que me puedes llamar bebe, princesa, pues no me gusta y tal vez no soy el tipo de mujer, niña que buscabas.

Tengo un armario, no tan grande con poca variedad de ropa, no me gusta porque cambié de gustos pero igual me la pongo porque tampoco tengo dinero para comprarla. Soy de esas niñas que sólo piensan en su futuro, imaginando su casa ideal, su hombre ideal, su trabajo, sus hijos. ¿Que tal que sólo sea un par de fantasías? Todo sea un cuento que no tiene fin pero los cuentos no se hacen realidad, o tal vez si.

En mi cabeza pasan ideas tan extrañas, y cuando me prometieron el paraíso siempre tan ilusionada, pero en realidad no fue más que sólo una mentira, una de esas que nunca se cumplen. ¿Una casa del árbol? Quien no ha querido una. ¿Una habitación perfecta? Quien no ha soñado con eso. ¿Un carro? Aún lo quiero. Ja, son caros, pero lo que aprendí es que soñar no cuesta nada y aunque aveces no se hacen realidad, tienes en tu mente, en tu imaginación, en tu cabeza, lo que realmente quieres para ti. Si te levantas de esa silla, lo conseguirás.

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