
Y ahora que por fin lo pienso todo ha cambiado, al principio me agradaba y ahora me molesta su compañía y su risa. No sé si llamarlo odio, no es tan profundo, tal vez disgusto. Pensar horas y horas y llegar a la conclusión en que te podía hablar, abrazar y no pasaba nada, pero ahora ese sentimiento se esfumó entre la espuma de las olas.
Recordar que me agradaba tu compañía pero ahora esos recuerdos están en el rincón del olvido, y no, no es nada del colegio, cosas personales, amigos del pasado; personas que por mucho entregues tu amor que si te alejas un par de años no eres nada.
Y te informo que el límite era odiarte, pero no, no te mereces ni mi odio, porque ahora pro ti no siento nada, y ese arrepentimiento de darte tanto y que no me des a cambio nada. Y ahora te lo estoy devolviendo, no siento nada.
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