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Realidad.


Andar por las calles de la ciudad, ver toda la contaminación, todo el humo que me rodea. No sentir nada nuevo, la misma historia, la misma rutina.

Seguir corriendo, seguir huyendo, ¿Para que?, no sirve para nada. Tengo miedo, miedo a enfrentarme a perder todo lo que tengo, perder todo en un segundo que en años logré construir, mi reputación. Me dejo llevar, sin fuerzas y sin aliento por unas criticas de la sociedad, por miedo a saber que dicen de mi, que opinan de mi, que piensan de mi.

Un llanto que no cesa ni con un pañuelo, me inundo en una laguna hecha por mis propias lagrimas, un miedo, voy en un carro que no tiene freno, no tiene freno para parar de llorar.

Opiniones de los demás que me debilitan más y más, personas que me hacen alejar, momentos de inspiración, arrepentimiento, dolor. Siento algo que no me deja avanzar, un alguien, personas las cuales me hacen sentir como una piedra en un camino de rocas.

Duele, duele demasiado cuando no te escuchan, por eso me quedo en silencio, la gente me pregunta que me pasa y lo que quiero responder es: "Me pasa de todo. ¿Acaso no lo ves? tu eres la razón de mi dolor, de mi tristeza, sin embargo no digo nada. ¿Por que? Porque el silencio es mi mejor afiliado, el que sabe guardar secretos, y aunque yo diga algo no harán nada al respecto, no les importará." Pero sólo respondo con un simple: "Nada, no me pasa nada."

Aveces quisiera tener el valor de dar mi opinión, de mostrarle a la gente quien realmente soy, pero soy cómo una bomba que explota en el momento menos esperado, una bomba inparable, incontrolable; cuando quiero defenderme se hacerlo.

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